jueves, 26 de junio de 2008

Cielo Raso


Llegó a nuestro departamento por que sus padres así lo quisieron, era un muchacho desgarbado con una barba incipiente, muy alto para su edad...

Su vida en ese tiempo era la música, estudiaba y practicaba vigorosamente, yo miraba su habitación cuando la puerta estaba entreabierta y el miraba las ventanas de los pisos abandonados que estaban al frente nuestro, de su flauta traversa recuerdo una melodía que jamas olvidé, las siestas sagradas en esa ciudad me aburrían tanto y el calor sofocante invitaba a recostarse sobre las baldosas y escucharlo por horas, imaginaba historias, proezas y me atrevía a llevar la melodía con mis manos mirando el techo y las moscas que habitaban el lugar, era un orgullo tener un artista en nuestra familia y yo creia que él era el hermano mayor que nunca tendría, no se si fueron varios años pero esos departamentos y sus habitantes esperaban ansiosos ese tramo del día para escuchar silenciosamente tanto talento, la gente preguntaba por él y quería melodías nuevas, a medida que el muchacho aprendía las personas pedían mas y mas, algunas tardes sin exagerar... al termino de sus practicas se oían aplausos que salían de las otras ventanas y subían por los balcones, su padre llego de Concepción y agradeció a mis padres por todos los cuidados y preocupación para con su hijo, se levantaron tomaron sus maletas y ambos bajaron las escaleras <No se despidieron de mí y menos de la gente del lugar>, al otro día no hubo practicas ni conciertos, no hubo aplausos ni moscas en el cielo raso, no hubo alegrías ni tristezas, el calor seguía y las siestas eran lo de siempre <Aburridas> pero todos internamente sabíamos que esa ciudad y los departamentos al lado del zanjón serían la cuna para siempre del mejor ejecutante de flauta traversa que hoy en día tiene nuestro teatro municipal.