viernes, 27 de julio de 2007

Ahora le toca a usted.



Una noche saliendo del trabajo bastante tarde y muy cansado... esperé el transporte que me llevaba diariamente a casa, por cerca de una hora me mantuve en la parada con la esperanza que en cualquier momento apareciera el recorrido 210 que era el unico que me servía y pasaba a esa hora, tenía que tomar una decision rapida para poder llegar y no dejar que la noche me siguiera quitando minutos de descanso :

1 - Hacer dedo para acercarme lo que mas pudiera a la avenida principal y desde alli tener mas posibilidades de transporte.
2 - Seguir esperando... seguir... y seguir...
3 - Caminar hasta llegar a la avenida donde toda la noche pasaban recorridos hasta la plaza de mi comuna.

De las tres posibilidades sin duda la tercera era la mejor --BRRRRRRRRRRR !!!!-- la segunda automaticamente quedaba descartada al estar pensando otras posibilidades, el bus se me había pasado y seguro pero seguro que ese era el último de la noche, la primera de todas formas no era mala, pero si te subes a un auto con un desconocido puede ser que sea tu viaje final en esta vida... eran aproximandamente veinticinco cuadras y en el medio un parque, que para atravesarlo solo debias encomendarte al de arriba, las calles cada minuto y distancia que avanzaba se quedaban solitarias, miraba siempre hacia atras y levantaba las manos en señal de saludo --asi pensarán los maleantes que conosco gente del sector-- los árboles no dejaban distinguir siluetas y en las esquinas las prostitutas y travestis conversaban animadamente, los perros escudriñaban en los basureros y los vagabundos dormían placidamente entre cartones y papeles, pensaba en que entregar si era asaltado y como defenderme --si es con arma de fuego estoy frito ... y si es con cuchillo tengo que salir corriendo lo mas rapido que pueda-- quedaba un poco mas de la mitad y el trayecto iba sin sobresaltos, repentinamente senti un ruido fuerte como un pequeño tren que venía a toda marcha por la calle, delante un hombre venía colgado y comandaba el carretón que estaba equipado con unas ruedas de fierro muy grandes las que producian ese ruido tan particular... al pasar por mi lado el hombre levantó su mano y me indico el sentido de la calle donde él y yo ibamos... frenó fuerte clavando sus talones a fondo pero el peso de la carga lo hacia patinar varios metros alejandose de mi, --Oiga, quiere que lo llevé, voy derecho hasta el mercado-- obviamente no era el transporte mas agradable ni lo que ni en mas remotas ideas creí que podía salvarme de caminar tanto esa noche, pero acepté no sin antes decirle --Señor no tengo ni un peso para darle-- me dijo que subiera y que de ahi arreglabamos, la madrugada ya se dejaba ver con algunos destellos detrás de la cordillera, me subí y recosté en los cartones que era la carga que el hombre llevaba, desde ahi se veia todo distinto, se dominaba la visión total de la avenida e incluso me sentía seguro estando tan alto, no se si fue el cansancio o el relajo de saber que llegaria a mi destino sin novedades que sin darme cuenta me dormí profundamente, no se cuanto tiempo pasó ... supongo que unos quince minutos.. solo sentí que el carretón paró y que el hombre mientras subía por los cartones y se acomodaba al lado mío me dijo --ahora le toca a Ud.-- me incorporé, sorprendido creía que era un broma, ya estaba amaneciendo, al mirar alrededor me percaté que me habia pasado y estaba alejado de la avenida a la cual quería llegar...

Tomé la decision de devolverle la mano a Don Jano --Asi me llamo-- dijo, y --así de cartonero me gano la vida, estoy cansadisimo y Ud. siendo tan joven podría tirar del carretón hasta el mercado-- ante eso no podía negarme, dejé atras todos los temores de saber si era capaz de manejar un armatoste con esa carga y de esas dimensiones, al principio la carga me levantaba del suelo y luchaba para que mis pies desde el asfalto pudieran hacer partir la "maquina", una vez teniendo bien sujeto los controles empuje con todas las fuerzas que me quedaban, tiraba y cada paso se alivianaba cuando la velocidad y el peso comenzaban a hacer su trabajo... yo solo debía guiar y mantener el ritmo, a veces Don Jano se reía y hablaba solo --¿pensaría quizas que yo no lo escuchaba?-- Hola!!! me llamo Nico... miré hacia arriba de reojo --Uyy como no lo vi-- pensé, era el hijo del cartonero... lo miré de nuevo, sus ojos eran de felicidad y me dijo --mi Papi, siempre lleva a las personas que quieran subirse y nunca nadie nos quizo llevar a los dos, eres el primero-- Don Jano se asomó y dijo --Gracias, el nico siempre quiso que durmieramos juntos arriba de los cartones-- Pensé que para el niño este era un momento que no olvidaría nunca.. en algunos años el sería quien tiraría de la "maquina" y Don Jano descansaría, despues de una vida llena de largas noches entre cartones y miseria, Nico no iba a la escuela y a sus once años ni siquiera leía, vivir del carreton era su opcion de vida, no la mejor... pero la mas sana... ambos se tenían y se cuidaban, no se si eso es vivir con dignidad, yo lo llamo simplemente sobrevivir, pero a pesar de sus carencias me habian tendido una mano y yo gustoso devolvía ese gesto... dandole ese momento al padre y a su hijo, las calles cercanas al mercado ya eran conquistadas por las ordas de trabajadores que iban freneticamente a sus labores, cada uno a su manera, con sueños, amores, recuerdos de los buenos y los malos, yo los miraba y todos los que se toparon con la "maquina" no quedaban indiferentes, estoy seguro que se preguntaban como un tipo con saco y corbata (lo que se dice formal), arrastraba un carretón y llevaba a dos cartoneros sucios, como puede pasar algo así !! que caminos y destinos se cruzarón para que algo tan raro a una cuadra del mercado central estuviera pasando, bueno aqui se explica como pasó... y las miradas de esas personas las tengo muy grabadas, yo me reía de mí y disfrutaba, seguro pasaba por un loco... o quizas por solo otro cartonero que le había robado la ropa a alguien.

¿ si tu me hubieses visto que habrias pensado ?


martes, 10 de julio de 2007

Vallecito y su Acarreo.


Una de mis actividades preferidas era salir de camping con amigos, un sector de la precordillera era nuestro lugar ideal para disfrutar la naturaleza, el soplido del viento ese que viene lejano y te golpea la espalda y se cuela por debajo de los brazos, remece las ropas y te hace flamear en lo alto de un cerro, la vista es privilegiada, las aves volando mas abajo de uno... y estas solo, piensas reflexionas... das gracias por que todo es gratis y regalado, todo es propio y a la vez del resto y cuidas cada metro del lugar que visitas y sueñas con llegar a montañas distantes y subes, te resbalas, ríes e insultas... levantas la vista y el sol trata de que no mires tanta belleza por que sabe que debes volver a la ciudad y trata de esconderte rincones que son aun misteriosos... espera que vuelvas y te devela de a poco lo grandioso de ese lugar... la calma se quiebra cuando alguno de tus amigos te grita, tan fuerte que el momento se rompe... pero viene tu turno y corres por el “Acarreo” y ya revisaste que esta blando y que puedes saltar sin precauciones y la bajada comienza, primero corriendo en Zig-Zag tomando mas velocidad y das el primer salto que no termina nunca y viene esa sensación de vértigo y tocas nuevamente la tierra suelta y debes apresurar la marcha de tus piernas para no caer, doblas para seguir la bajada, das un salto con mas fuerza y ya es mas que un vuelo es un momento eterno y emulas a un pájaro y la tierra te llama de las alturas y golpeas con ambos talones para frenar un poco y seguir en control... pero aun tienes muchos metros por delante y no aflojas la marcha por que recién comienza lo bueno... ya los saltos casi bordean el descontrol y al ser mas altos la emoción te desborda y gritas pero no te oyes, las piernas casi no alcanzan a dar el siguiente paso... la velocidad explota repentinamente y luchas por mantener equilibrado el cuerpo... en la parte final debes frenar antes de llegar a las piedras... es la línea divisoria entre la diversión y la tragedia... frenas corriendo como puedes en contra de la inclinación y lo logras y miras la distancia que recorriste y se te hizo tan corto... que quieres hacerlo de nuevo... subir es cansador pero ahí vamos ganadole a la pendiente y viendo como los demás inician el recorrido... calculas que en unos treinta minutos mas estarás listo para volver a intentarlo, estas agotadísimo y las piernas de a poco ganan fuerza... pero el día se esta esfumando y quizás no alcances a llegar para disfrutarlo nuevamente, nos miramos... somos tan jóvenes y fuertes y respiramos un día mas de amistad... “Quizás no dure para siempre”... pero para nosotros el momento es simplemente sublime.


jueves, 5 de julio de 2007

Restaurant y Carcel



Cuando decidí no continuar mis estudios en la universidad, fue muy desagradable por que fue el primer fracaso que me tocaba enfrentar y de alguna forma tenía que buscar otras alternativas para lograr lo que en ese momento era una prioridad absoluta en mi vida de ese entonces, la cual era obtener alguna carrera que me diera el sustento futuro... llegó a mis oídos la posibilidad de presentarme a trabajar en un restaurant bastante conocido de la capital en que vivo, me citaron esa mañana para realizarme una evaluación, yo tenia mis pulmones vírgenes jamas le había trabajado un día a nadie, era todo nuevo para mi, por la presencia que tenía pensaba que sería entrenado como administrador y que con el correr del tiempo adquiriría un puesto importante el cual me daría la posibilidad de retomar mis estudios, es mas quizás podría dedicarme a esto y llegar a tener mi propio negocio, convirtiéndome en un gran empresario gastronómico que tendría sucursales en el mundo en todas las ciudades mas famosas y visitadas... en eso estaba pensando cuando apareció el José Antonio el tipo que debía tomarme la prueba y calificar mis habilidades para el tan ansiado puesto, me saludo cortésmente miro a otro administrador que venía mas atrás y se sonrieron, --seguro que los impresione.. dije-- me preguntaron la edad y el nombre y caminamos hacia uno de los salones enfrente de la parrilla, desde ahí tenía una visión privilegiada de el local, este era muy grande y bien ambientado, por un pasillo enfrente estaba el bar, a la derecha se encontraba una salida a la terraza que estaba adornada con muchas plantas, eso era lo que mi vista alcanzaba a ver, me llamó la atención que no se veía mucho personal, a lo lejos observé a un empleado que estaba en no se que, el José Antonio me dijo “anda para que ese muchacho te diga que debes hacer”... avance por el pasillo y al doblar saludé... recibí por parte de esta persona una agradable sonrisa, “ya socio tome la escoba y barra el sector derecho yo barró por aqui” ... - ¿ehhh? – --este trabajo es de aseo-- pensé – mmmm.... --ok voy a barrer un poco y para no dejar a este tipo solo lo ayudaré pero una vez hecho esta labor me voy--.

Seguí barriendo y levantando una a una las sillas esparcidas alrededor de las mesas, quedaban pocos metros pero la cosa era bastante lenta, de vez en cuando el tipo del uniforme azul decía “anda subiendo las sillas a las mesas” ... mmm ok... “barré bien en los rincones” ... mmm bueno “baja las sillas una vez que barriste” ... mmm ya... termine esa parte del trabajo asignado y lo que seguía era el piso de la entrada principal fuimos hasta allá y me quedé solo --¿a donde estará este tipo?-- no se en que momento se había ido, mire para todos lados con la escoba la pala y la bolsa plástica en las manos, observaba mi reflejo en los vidrios y claramente yo no era para un trabajo así... --soy un ex estudiante universitario, ¿no se abran equivocado y me confundieron con otra persona que quizás esperaban?-- deje los artículos de aseo y me dirigi a los ascensores, definitivamente me dije --mi familia no me ha criado para terminar en esto-- camine y a un paso a solo uno de tomar el ascensor y bajar de ese quinto piso... el José Antonio me dijo “oye debes ir a limpiar los floreros del salón de enfrente del bar” ... –ahhh-- este yo .... mira José Antonio le dije... y me miro con un poco de disgusto “haber dejemos las cosas claras yo para ti soy Don José Antonio y mejor anda a limpiar lo que te dije” ....

Hoy pienso en cual fue el motivo para quedarme si estaba a un paso de ser libre... no tenía nada que me atara a ese lugar ni a esa gente y menos a sus malos modales... ¿pero por que me quede? .... son esos instantes en que uno elige su camino, para bien o para mal, nadie me obligó.. fue lo que elegí... y ya no puedo volver a decidir ese paso que cambio mi vida para siempre, los castillos que había construido en los aires... bruscamente eran solo imagenes muy lejos de la verdadera realidad que mi mente inexperta comenzaba a vivir.