jueves, 22 de octubre de 2009

Como antes.



Yo quiero que todo sea como antes

Como aquella tarde en Valparaíso.

Ese puerto en donde comenzó todo

Te acuerdas, me acuerdo, nos acordamos.

Yo quiero que juntos los momentos perduren

Se materialicen en cada situación diaria

No quiero creer que solo fue un día más

Un cometa instantáneo, un montón de fotos

Subidas y congeladas.

Quiero que juntos caminen a mi lado

Parecido a antes…

Entonces si debo volver a subir esos cerros

Si tengo que perderme en la ruta

Si tengo que ir contra el transito

Si tengo que tomarme la misma foto

Al lado de los marinos, con tal de tenerlos

Yo lo hago las veces que sea… eternamente,

Para siempre, entonces si me acarician el pelo

Y con eso logro que sus dedos se vuelvan a rozar

Si tengo que callarme para no distanciarlos

Si tengo que madurar de la noche a la mañana

Antes de que el sol me despierte, me anoto.

Si tengo que ser más de lo que quieren

Si tengo que pasarme el día haciéndolos reír

Pues me hablan y me lo dicen.

Es que no puedo contenerme al esperarlos

En saber que allí están, en cualquier instancia

Para alegrar el día lento que no pasa

Y cada rayita fuera de mi dibujo ya no importa

No me interesa nada que no sea estar juntos

Y es fácil … si solo debe ser como antes.



martes, 22 de septiembre de 2009

Morir


El horizonte extenso, vasto y grandioso
Se presenta ante mí...
En su fondo no distingo movimientos
Y en su cara más cercana el vacío me ensordece.

Ante tanta pregunta incierta, vuelo
Y viendo aquellos muros de carne
Que ya no me pertenecen, me despojo
Afloran y se desfloran recuerdos.

Para mirar lo último en el final
Concuerdo que pasó como soplo
Como destello cristalino de fragmentos
Cual migaja dada con tiempo acotado.

Pudo ser o ya lo fue, pude estar o soñarlo
Girando me desprendo en un manto incoloro
Una suerte de misterio que se muestra deformada
Y comprendo... como todos creo que comprendo.

miércoles, 2 de septiembre de 2009

Los elegidos


Recordó el momento en que puso su huella digital en ese pasaporte, siendo una mancha que ocupaba apenas un par de centímetros.
La impresión que le causó, ver por primera vez ese pequeño borrón dactilar, generaba a partir de su infatigable imaginación un sin fin de historias que forjaba contemplando aquel espacio reservado para aquella marca que nadie mas en el mundo podía tener.

-Cada huella es propia de cada humano en la tierra e irrepetible- escuchó en algún programa científico y eso por alguna razón, lo ponía como suspendido en el aire junto con sus pensamientos mas descabellados, pensaba en la razón de una diferencia tan sutil, tan simple, tan perfecta entre los de su raza, en como a nadie se le había ocurrido pensar que mirándose sus marcas dactilares podían encontrar los caminos eternos que la vida les daba y como aquel laberinto de señales cósmicas les mostraba un viaje sin fin que solamente él podía entender, una revelación total de los misterios no solo de la vida sino que del universo entero.

Ella lo tomo del brazo caminaron juntos y le preguntó mirándolo a los ojos: -¿Hijo que vez en tus dedos?- la miró directo a su frente, sostuvo su mano y observó etéreo, enigmático las yemas de su madre, -Hijo dime algo por favor lo que sea, dame alguna señal - y el niño en su idioma galáctico, inteligible solo para algunos elegidos…replicó:

- DRif Gpr AytjuiTYnbip LKpPr -


jueves, 9 de julio de 2009

De donde ?


De donde es UD.?
De donde viene?
Es acaso guajiro?
Es acaso gaucho?
Es acaso Huaso?
Entonces pienso: "Supongo que un poco de todo"
Y se escuchó: "Pero dígame de donde UD. se siente" gritando.
Aullando con una voz con tres acentos en el mismo instante.

Y vuelvo a decir "Supongo que de la tierra caliente, del cañaveral, de la arena blanca, de los ritmos candentes, del ron y el son"

Pienso un rato: "Supongo que del viento sonda, de las siestas, de las facturas, de la pasión de los goles, de la cultura singular y aquellos amigos"

Doblo mi cabeza: "Supongo que de mi familia, de la cordillera, del lugar que salí siendo semilla"

Y otra vez se escucha: "Pues entonces sea semilla sureña, raíz tropical, hojas de ceibo, pero sobre todo sea una planta única, inigualable, incomprensible y cuando dé una flor, llámela: SOFIA"

jueves, 2 de julio de 2009

Baratijas


Quizás la manera de decir las cosas, las palabras precisas que llegaban a su "distinguida" clientela.

En un mar de gritos su voz surgía aplastante y sacaba el mayor provecho de eso.

Para cuando alguien escuchaba sus ideas claras y consecuentes no había retorno, que tenía ese compadrito que lo hacía vender todo lo que se proponía.

Engatusar era su lema y así se ganaba la vida, por cada venta realizada soltaba una bocanada de alivio transitorio, vivía al día a la hora al segundo exacto.

Sus clientes al final del día se sentían estupidos y la rabia los avergonzaba, para que comprar una baratija que no sirve, pulseras, lociones, lapiceras, estampitas de santos, hasta revistas taiwanesas, no resistía análisis su poder hipnótico que se parecía a la espuma espesa de un café muy caliente, que no se resiste nadie a soplarla y beberla efímeramente.

martes, 19 de mayo de 2009

Virulencia = Virus+Violencia.


Un día común y corriente, llegó el famoso virus venía desde Punta Cana y una mujer fue la primera contagiada… en apenas diez días, ocho colegios completos estaban en cuarentena, eran de clase alta, padres que podían pagar los mejores tratamientos del mundo, pero fueron sucumbiendo ante la mutación que se dio en los gimnasios escolares de los barrios mas pudientes de mi capital, entonces los pobres pensamos que toda la clase alta sería exterminada y que todas sus empresas, sus bienes raíces, sus autos... todo, pero todo.. sería para los postergados, así con mascarillas que daban absoluto anonimato, parte de la baja sociedad, subió para buscar lo que por años, según ellos, les pertenecía, condominios enteros fueron saqueados y las autoridades se vieron sobrepasadas, el asunto tomó trascendencia nacional, cuando por una desconocida razón en los barrios marginales, en los ghettos de drogas y delincuencia no existía ni siquiera un contagio, se tejieron muchas historias entre tantas la mas disparatada fue: Los pobres, los abandonados, los drogadictos, los traficantes, los carteristas, los violadores lo peor de la sociedad se quedaba aquí en el infierno, que el virus había sido inoculado por Dios, ya que se llevaba lo mejor de la sociedad acomodada al paraíso.
Yo vivo en un barrio miserable, no soy malo, nunca lo fui ni creo que lo seré, no clasifico para que me lleve el virus de Dios, pero tampoco me quiero quedar en la ciudad infernal, ya no se puede salir a la calle y espero agazapado, el lumpen se adueño de la ciudad completa, quizás siempre fue así, por ahora dejaré pasar los años aquí encerrado, saliendo a recolectar por ahí lo necesario, tuve suerte de no casarme ni tener hijos, todo es para y por mí, trato de volver temprano, no le tengo miedo al contagio, en mi familia nunca fueron gente de prosapia, pero lo mejor es esconderse entre estas murallas antes que salgan los que hoy son los amos de la calle, las bestias de lucifer, aquellos que el virus celestial les dio la oportunidad de ser importantes en lo que nos queda de sociedad.
11-11-11

viernes, 15 de mayo de 2009

1/2 Muerto.


Los gusanos comían su carne ajada, por mas que intentaba sobrevivir su cuerpo estaba podrido, enterrado en algún cementerio de la ciudad, su aliento era un sin fin de los olores mas fétidos de este mundo, entonces se preguntaba como llegó a parar a ese lugar si se sentía vivo, sano y animado para continuar.

La tapa de su ataúd estaba rasgada y las uñas clavadas como las miradas aterradas de las putas de providencia, para variar el destino le jugaba una mala pasada y ni siquiera en un espectro se podía convertir.

Ya sabia lo que le sucedía y al mirar sus extremidades agusanadas rogaba por que no llegaran las larvas a sus ojos, aunque en sus orejas los hongos fúnebres comenzaban a picar como miles de demonios clavando sus tridentes.

Quien podría sacarlo de allí, exhumarlo y revivirlo... quien podría escuchar su lamento, una lamentación por el lugar y estado en que se encontraba, quería salir o que lo sacaran, pero en su estado putrefacto quien podría realizar tamaña tarea.

Estaba claro que el cuerpo era inservible pero no quería reconocerlo y clamaba por que alguien lo liberará.

Escuchó muchas historias de gente que profanaba tumbas y aseguraba que si aquello ocurría sería el momento perfecto para pedir que lo llevaran lejos de ese campo santo, en un tiempo prudente lo pasaron a una fosa común.

Vio como lo que quedaba de él se mezclaba ruidosamente con los demás rastrojos humanos, aquellos difuntos no conversaban estaban totalmente muertos hacía ya tiempo y cuando pensó que allí la historia acabaría eternamente, aparecieron en forma de moscas las cuarenta y tantas almas que en su carrera psicópata había dado muerte de las maneras mas crueles, allí estaba la revancha de sus victimas... defecando sobre sus ojos la venganza final, entregando al asesino la vida eterna en una oscuridad absoluta.