Como te describo a José, sé que supo su verdad
y se volvió salvaje, fue calle, esquinas, veredas
Solitario o en grupos, con la frente fría
con sus harapos y cuerpo ignífugos.
Los que lo quisieron, trataron y trataron
pero las raíces de esos callejones
transformaron su mundo en vagabundo.
Y pasó el tiempo
desde los autos o buses
lo miré muchas veces
la misma esquina, ropas, amigos y penas.
Lo tengo como grabado en mis recuerdos
esa tarde almorzamos en casa
llegó tan limpio y charlamos,
me contó historias de mi padre
y se reían juntos...
me alegraba y apenaba
me sorprendía y enmudecía
cuanta inteligencia, para mí despilfarrada
cuantas vivencias que ni imaginaba
Tan sucio (pero no ese día) de afuera y tan escandalosamente
limpio por dentro, tan grande, tan bueno.
Y la tarde se apagó y Bárbara se lo llevó…
¿Qué le rompió el corazón?
¿Qué le rompió su normalidad?
¿Qué se metió en su cabeza?
¿Quien le asesinó su destino?
¿Fue la triste verdad ó la despiadada mentira?
Dedicado a mi tío José Riquelme Cruz.
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